sábado, 23 de mayo de 2015

Antonio Tabucchi: «A veces nos vienen ráfagas…»


«A veces nos vienen ráfagas de ideas que no pertenecen a nuestra lengua, y ello no debe parecerte extraño. O palabras, que a veces el mundo parece hecho de palabras iguales entre sí aunque distinto sea el modo de entenderlas en su sustancia. Por ejemplo, la palabra antrophos. Esta palabra en la que pienso, y que a cada uno de nosotros nos parece la misma, para cada uno quiere decir una cosa. Una palabra que ni siquiera Linneo, Querida mía, habría sido capaz, con toda su paciencia, de clasificar en sus infinitos valores. En mi caso, un hombre sólo, un caso de una trivialidad casi ridícula, dado que periódicos y censos, municipios y autoridades hoy lo llaman single. Pero en mi caso la singularidad coincidía realmente con la vieja soledad. La más absoluta soledad, como la del paisaje que me rodeaba, hecho de zarzas y de retama y cipreses en las colinas. Y por eso llamé a la puertecita y giré el picaporte. Por lo general, en casos como éstos, debería abrir una señora de cierta edad, preferiblemente inglesa, con el pelo gris y acaso vestida con un sari, porque ha vivido en la India, una persona que ha meditado largo tiempo sobre las filosofías del Oriente y que sabe cómo manejarse con las vidas futuras.»

viernes, 12 de abril de 2013

Introspección

La mañana sigue nublada. Una lluvia escasa y un desagradable viento sur, se unen al casi cotidiano viaje en autobús, en esta forzada introspección. Mis seres queridos llevan tiempo aconsejándome que me centre, que no me disperse dejando jirones cargados de palabras en esa múltiples bitácoras donde escribo vacuidades. Me cuesta seguir consejos, asimilar razonamientos ajenos cuando rozan la esfera personal. ¿Quién lo diría? Media vida dedicado a dar consejos, a intentar transmitir conocimientos, provocar debates y a que se generen ideas en ellos... y me cuesta aplicarme las mínimas reglas que cualquier persona debe seguir para no quedarse en el estadio de ameba de su desarrollo personal. Resumiendo, he decidido reducir mi presencia en la blogosfera. Voy a intentar publicar en un único blog, en el intitulado "Desde la muga", aquellas entradas que son sencillamente una especie de catarsis, de terapia, contando alguna verdad y, sobre todo, cultivando el bello arte de la mentira, la fabulación. Al fin y al cabo, esa frontera o muga que existe entre tu verdad y mi mentira es tan neblinosa que recuerda muchas de mis percepciones visuales.
De vez en cuando replicaré, en descarado autoplagio, alguna de estas entradas en mis otras bitácoras, cuyo número casi desconozco. Alguna vez me has comentado el por qué de tantas y tan diferentes ventanas o caras. No lo sé, supongo que hay una mezcla de narcisismo inmerecido, de afán por compartir inquietudes en esa laberíntica, fría y anónima red, de intentar mejorar mi esgrima literaria, de dejar fluir algunas de mis múltiples caras... no lo sé, sinceramente no lo sé. Sabes que me gusta Pessoa y, tal vez, intentando recrear algún que otro sueño juvenil en el que llegaba a ser escritor, médico tropicalista y otras miles de cosas más que se quedaron por el camino, el hecho de crear múltiples bitácoras era una especie de mala copia de sus numerosos alter egos. ¡Ahí se quedan, como la basura espacial! Tal vez algún día en que la pereza no me gane la partida realice una limpieza y deje un poco más liviana su carga. No prometo nada.
Las entradas de carácter científico y pseudo científico seguirán apareciendo en "Mikrobios" . Debo ser fiel a la institución para la que trabajo y si las magras visitas que recibe el blog sirven para algo, no seré quien niegue esa humilde ayuda. Trataré de ser más constante, sobre todo ahora que veo en el horizonte una futura reducción, bastante racional, del número de clases que tendré que impartir. Este curso y los cuatro anteriores, mi docencia real ha sido excesivamente superior a la debería haber impartido. Este hecho lo han tenido que sufrir mis pacientes alumnos. Si en condiciones "normales" mis clases no son memorables por su bondad, con esta saturación de clases su calidad se ha deteriorado de forma evidente. Aprovecharé este oasis temporal para escuchar de verdad a mis colaboradores, para que nuestro equipo de investigación no padezca tanto mi autismo y que mis estudiantes de doctorado noten que verdaderamente existo.
Termina el trayecto del autobús y con él acaba esta entrada. Lo escrito, estaré aquí de vez en cuando para contarme muchas mentiras y alguna verdad.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Autopista "Dos Mares": ¿Crisis? ¡Asfalto y hormigón!

Los momentos de crisis son los que hacen que los políticos brillantes muestren sus mejores virtudes. Por eso me sorprende que para salir de una crisis provocada por un sistema económico en el que sólo prima el dinero fácil, se intenten emplear los mismos métodos viciados que nos han metido en ella. Nuestro país tiene el triste privilegio de ser el primero entre los europeos en el número de personas sin empleo y con un futuro más incierto.

Se busca la solución cambiando el ladrillo por el hormigón y el asfalto para acometer nuevas autopistas y carreteras. Cuando hayamos destrozado lo poco que queda sin degradar de nuestra Península ¿Qué haremos?

Llenar de asfalto de peaje nuestra tierra no es paradigma de una economía sostenible ni comprometida con el medio ambiente. Es triste recordar que hay miles de kilómetros de vías férreas abandonadas, de montañas horadadas por túneles que en un tiempo se consideraron puertas al progreso. Hoy nos hemos olvidado de lo hecho, de reciclar y reutilizar lo que tenemos y nos dedicamos a agredir nuevamente a nuestra particular Gaia con nuevas “proezas” tecnológicas.

Un caso concreto es el proyecto denominado A 69 o autopista “Dos Mares”, una profunda herida que pretende atravesar el norte de Burgos para comunicar Cantabria con el Mediterráneo. Una nueva idea para alienar una región donde la naturaleza todavía respira. Por estas tierras se realizó la línea de ferrocarril Santander-Mediterráneo, largo y hermoso trazado con túneles, trincheras y kilómetros de raíles perdidos.

¿No sería mejor reconstruir el ferrocarril para volver a transportar personas y mercancías?

De paso se conseguiría que un elevado número de personas tuviera un trabajo estable y sostenible.

martes, 9 de septiembre de 2008

No creas que estoy callado...

No creas que estoy callado, es simplemente que ya estoy sufriendo mi primer catarro del nuevo curso. Conoces mi predisposición a hospedar virus por esta época del año.
¡Ya sabes!
Una buena despedida del verano, con un poco de fiebre, dolor de garganta y miles de pañuelos para despellejar la nariz.
¡Ten cuidado, esto es contagioso!

domingo, 7 de septiembre de 2008

El Franco de Manuel Fraga

Es lógico que un franquista como Manuel Fraga elogie a su amado caudillo Francisco Franco, como hemos leído y oído recientemente. Franco hizo mucho por él, entre otras cosas convertirle en ministro o pagarle una estancia de lujo en Gran Bretaña con lo que expoliaba a sus súbditos. Esta estancia mejoró su ropero, incluyendo entre sus trajes varios disfraces de demócrata. Pero el antes y el después de su estancia en el Reino Unido nos deparó imágenes y opiniones claramente asociadas a su ideario fascistoide-acomodaticio. Ideario fiel a un personaje que se pasó por el arco del triunfo legalidad y derechos humanos, practicando una limpieza ideológica sistemática de cualquiera que tuviera un pequeño aroma de demócrata.
Muchos nos acordamos de las óperas bufas de Fraga, como la del bañador y la bomba atómica de Palomares (precedente lógico de las bufonadas en las Azores de su alumno aventajado pero descarriado, José María Aznar) o de sus actuaciones “democráticas” como la que llevó al asesinato de los obreros de Vitoria. Sus verdades parecen poco contrastables con la realidad histórica a pesar de su insistencia. Tal vez porque la autoridad se gana con la palabra y el ejemplo, no con la fuerza o la represión. Y eso, autoridad moral, ética, ni tiene ni ha tenido nunca para dar lecciones de democracia a nadie, sólo hay que mirar como se van formando y quienes forman los cuadros políticos de su democrático Partido Popular.

Una filosofía de vida, elogio de la vida lenta

Estoy muy contento. He ido a visitar a mis padres y conduciendo no he rebasado los límites de velocidad, he parado en los pasos de peatones disfrutando de las caras de agradecimiento de los viejetes y de los jovunos, no he tocado la bocina, ni dado luces a nadie, ni he mentado a la madre de ninguno de los demás conductores… ¡Me ha costado! ¡Me ha costado bastante pero me encuentro bien! Casi podría decir que ha sido como un buen chute de endorfinas. Tendré que seguir practicando. No, si al final va a ser cierto lo de la filosofía del bienestar vital basado en la vida lenta. Tengo que conseguirme ese libro titulado “Elogio de la vida lenta” para seguir profundizando en este tema. Me he tirado cuarenta y ocho años acelerado y va a resultar que lo que más me gusta es poder contemplar la vida como se desliza suavemente. ¿Tendrán razón los que dicen que le den al ridiculum vitae?

No significa nada más que otro comienzo.

Cuando la mañana se va imponiendo suavemente, empiezo a retomar este blog. He estado ausente, en una de esas ausencias que te dicta la mente, el espíritu y contra las que no puedes nadar salvo que quieras ahogarte en el intento. Este tiempo ha sido feraz en muchas cosas, en amistades, conversaciones, pensamientos, lecturas… Ahora parece que viene otra época en la que tengo ganas de volcar palabras, tal vez estériles, en este consultorio psiquiátrico en el que se ha convertido la blogosfera. Es verdad, tengo ganas de verter cosas a este basurero electrónico y cualquier momento es bueno. Y este es el mejor.