domingo, 7 de septiembre de 2008

El Franco de Manuel Fraga

Es lógico que un franquista como Manuel Fraga elogie a su amado caudillo Francisco Franco, como hemos leído y oído recientemente. Franco hizo mucho por él, entre otras cosas convertirle en ministro o pagarle una estancia de lujo en Gran Bretaña con lo que expoliaba a sus súbditos. Esta estancia mejoró su ropero, incluyendo entre sus trajes varios disfraces de demócrata. Pero el antes y el después de su estancia en el Reino Unido nos deparó imágenes y opiniones claramente asociadas a su ideario fascistoide-acomodaticio. Ideario fiel a un personaje que se pasó por el arco del triunfo legalidad y derechos humanos, practicando una limpieza ideológica sistemática de cualquiera que tuviera un pequeño aroma de demócrata.
Muchos nos acordamos de las óperas bufas de Fraga, como la del bañador y la bomba atómica de Palomares (precedente lógico de las bufonadas en las Azores de su alumno aventajado pero descarriado, José María Aznar) o de sus actuaciones “democráticas” como la que llevó al asesinato de los obreros de Vitoria. Sus verdades parecen poco contrastables con la realidad histórica a pesar de su insistencia. Tal vez porque la autoridad se gana con la palabra y el ejemplo, no con la fuerza o la represión. Y eso, autoridad moral, ética, ni tiene ni ha tenido nunca para dar lecciones de democracia a nadie, sólo hay que mirar como se van formando y quienes forman los cuadros políticos de su democrático Partido Popular.

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